La primera indicación de gitanos en España es un salvoconducto de 1425 otorgado en Zaragoza por Alfonso V de Aragón, a favor de “Don Johan de Egipte Menor”. Para ser bien recibidos los gitanos decían ser peregrinos provenientes del Egipto Menor. Al principio fue así pues el carácter misterioso, exótico, sus costumbres y su lenguaje original (el romaní) habían causado interés en la  sociedad, pero poco tiempo después la curiosidad se transformó en hostilidad por causa de su particular forma de ser.

   Su tradicional desarraigo y su carácter nómada levantaba la sospecha de las autoridades. Los prejuicios ya existentes eran aumentados por la convicción difundida en Europa de que la piel oscura fuese una señal de inferioridad, maldad… Los Gitanos eran fácilmente identificables con los Turcos porque, indirectamente, provenían en parte desde las tierras de los infieles, por lo tanto eran considerados enemigos de la iglesia, la cual, además, condenaba las prácticas relacionadas a lo sobrenatural, como la cartomancia y la lectura de la mano que los Gitanos solían practicar.

   Estos Egipcianos (gitanos) aunque muchos practicaban el hurto o el bandalismo no todos eran delincuentes. En Sevilla  se dedicaban a ocupaciones muy diversas: venta de buñuelos y otras golosinas por las calles de la ciudad y sobre todo la herrería o la forja (…)

   Todo ésto lo veremos en nuestra ruta nocturna por Triana, lugar donde este pueblo se instaló y donde el flamenco presume de cuna.gitanos