La Compañía de Jesús llegó a Sevilla el año 1.554 llevando a cabo la construcción de una iglesia, una casa profesa y un noviciado. De todas estas edificaciones únicamente se conserva actualmente la iglesia de la Anunciación en la calle Laraña.

Sería en 1.699 cuando se les cede una propiedad de la familia Enriquez de Ribera para levantar un noviciado con su correspondiente iglesia, con la condición de que el templo se consagrara a San Luis, rey de Francia y que la donante, Lucía de Medina fuese enterrada en su Capilla Mayor.

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Se inaugura en 1731, época en la Felipe V instala su corte en Sevilla recomendado por sus médicos para recuperarse de la mala salud mental que poseía de la que en otro momento trataremos en un nuevo post.

Tras varias idas y venidas de los jesuitas el convento fue desamortizado en 1835 por Mendizábal y quedó en un abandono definitivo y en 1960 cerró definitivamente tras varios usos incluyendo el de hospicio.

Obra culmen del barroco sevillano de Leonardo de Figueroa principalmente, se le considera de marcada influencia italiana, de las pocas iglesias de plantas central de la ciudad, concretamente de cruz griega con atrio, teatrales retablos barrocos de Duque Cornejo, yeserías policromadas y columnas salomónicas hacia una gran cúpula de 13,5 metros de diámetro en el crucero y tribunas en la parte superior. Todo dedicado a presentar a los novicios un catálogo visual de sus maestros  jesuitas en la perfección religiosa.

Tras años de restauración, en breve, a principios de 2017, podremos visitar y admirar iglesia, cripta y capilla doméstica. Pero no sólo a San Luis se la conoce por su belleza. Ubicada en un lugar donde se dan numerosos fenómenos paranormales, el lugar cuenta con un largo historial de extraños hechos, suicidios, vibraciones, historias y relatos de vigilantes de seguridad, obreros y vecinos del lugar que repasaremos en esta imprescindible visita.